Dicen que la vida siempre se lleva a los mejores y es verdad. Este domingo hemos vuelto a vivir un triste, muy triste episodio en el deporte; Marco Simoncelli, con tan solo 24 años ha dejado el mundo de las estrellas, para entrar en el de los ángeles.
Cierto es que desde España le hemos criticado mucho; demasiado, quizá. Todo lo que pasó entre Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa y Simoncelli, ahora mismo queda en el olvido más absoluto; pero también es en este momento cuando nos damos cuenta -algunos lo hemos hecho demasiado tarde-, que lo que hacía Marco es lo propio de este deporte. La emoción, la tensión y la incertidumbre es la base de las Moto GP. Es un deporte muy arriesgado, quizá de los que más exigen, a veces, hasta la propia vida; pero es ésa su grandeza y su belleza. Así lo quiso manifestar Marco, y por ello fue criticado. Lo daba absolutamente todo en la pista; aceptaba el murmullo del público y agradecía el apoyo que le proporcionaban.
El amor del italiano por las motos era infinito. Si analizamos todo lo vivido por y con Simoncelli, recuerda a una relación amorosa del Romanticismo, con un trágico final por un amor vivido al límite. Marco ha pagado demasiado caro su amor ciego por este magnífico y peligroso deporte, pero nos dejó haciendo lo que más le gustaba. Pisó muy fuerte y por eso tras irse, nos ha dejado una importante huella; una que no deja indiferente a nadie.
Creo -y seguramente todos sus seguidores también- que a él no le disgustaría demasiado poner punto y final a su vida haciendo ésto, pero lo ideal habría sido que esto sucediera mucho más tarde, no cuanto tenía toda su vida por delante. Ha sido un adiós demasiado adelantado. Le quedaba lo mejor por darnos, apuntaba a ser como bien dice una amiga mía, el sustituto del gran Valentino Rossi. El 46 por el 58; ambos números pares; los dos italianos; dos amigos que se querían y se admiraban; Marco y Vale, dos personas con un talento medido por su locura.
'Grazie Marco', dejas huella, no lo dudes ni un solo instante. Como bien dicen, el mejor homenaje que te podemos hacer es seguir viendo y disfrutando de las motos.
Marco Simoncelli,con los rizos al viento, un hombre valiente; querido, odiado y admirado; una gran persona para muchos; un ser humano al fin y al cabo. Descansa en paz, campeón.
Emotivo y vibrante. Todos tenemos que irnos al fin y al cabo y seguro que ayer en todo el día y ahora mismo están muriendo más personas, pero obviamente siempre sorprende más al ser alguien tan conocido. Que descanse en paz.
ResponderEliminarRiposa in pace Sic