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jueves, 4 de agosto de 2011

MANOLO PRECIADO:


Cuando nombramos a Manolo Preciado, hablamos de un hombre que desarrollando su carrera futbolística, ya dejaba ver su afán por dar órdenes y su carácter especial, perfecto para ser técnico. Él mismo comentó que a los veintisiete o veintiocho años se dio cuenta de que en un futuro quería ser entrenador. Años después, así ha sido. Su deseo se hizo realidad, sin ‘Aladines’ con lámparas mágicas de por medio.

Colgó las botas donde cuatro años después daría sus primeras órdenes como entrenador, en Gimnástica de Torrelavega.

Son varios los clubes en los que ha sido el encargado de conducir a los jugadores hacia la victoria. Pero donde más ha brillado ha sido y es, en el Sporting de Gijón. Son muchos los momentos que ha vivido el cántabro en el club asturiano; unos buenos y otros malos, pero al fin y al cabo, momentos que cuando vas evolucionando te ayudan a no ser vulnerable.
Lejos de las palabras que se han querido sacar de contexto, Manolo Preciado es una persona amable con todo el mundo, y futbolísticamente hablando, uno de los técnicos que mejor conoce y lleva el banquillo de un equipo. Se puede decir más alto y más claro, Manolo Preciado es uno de los mejores entrenadores de la actualidad deportiva española. Ahí están los resultados, las salvaciones, e incluso el atractivo juego. Su Sporting ha sido ‘coronado’ como el “Mata-gigantes”, apodo que no se consigue fácilmente.

Como bien dice el periodista Pablo García Cuervo: “Manolo Preciado es uno de los nuestros, en un mundo lleno de divos”. Captada la indirecta, también entendemos que es la realidad. Manolo Preciado no es un entrenador conocido al nivel de Mourinho o Guardiola, pero para muchos –entre los que me incluyo-, es más que cualquiera de los anteriores. Ha demostrado que con calidad, perseverancia, confianza y motivación se puede llegar lejos. Eso es lo que le hizo llegar lejos a sus jugadores, a él, a un equipo y a una afición. No hicieron falta millones, ni fichajes galácticos, ni títulos por un tubo para ilusionar a una afición, para conseguir su confianza y para devolvérsela de la mejor forma posible, con el sueño de Primera División. No es casualidad que una de las mejores aficiones de España sea la “mareona”. Todo tiene un porqué.

Y ahí está el “quit” de la cuestión para ser un grandísimo entrenador; en saber llevar a un equipo por el buen camino, en saber ganar, en saber jugar bien, en saber perder, en saber ilusionar a una afición, y en saber cuál es tu papel. Y Manolo Preciado ha conseguido todo eso y mucho más. Son muchos los obstáculos que le ha impuesto la vida y pese a ello, siempre sonriente y con ganas de trabajar, sigue haciendo las cosas con motivación. No hay dos como él. Como diría El Sueño de Morfeo: “Una especie en extinción tan real como la vida”.

Ése es Manolo Preciado, uno de los mejores entrenadores de los que puede presumir España.


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