Parece que equivocarse no está permitido o al menos no
lo está para Víctor Valdés. El guardameta catalán erró al controlar un balón
que le entregó uno de sus defensas, uno más de los muchos que recibe cada partido;
porque a diferencia del resto de equipos –o al menos de la gran mayoría-, el
Barça inicia sus jugadas con pase del portero, lo que convierte a Valdés en guardameta
y jugador de campo al mismo tiempo. Si algo se puede destacar de él es su calidad
a la hora de jugar con los pies, habilidad de la que no pueden presumir muchos
porteros. Ésta maravillosa forma de jugar conlleva unos riesgos para el portero
y ésto a veces puede dar lugar a errores como el que ha cometido Valdés ayer.
Como si de lo peor que ha pisado el Camp Nou se
tratase, Valdés ha sido atacado por gran parte de su afición y ridiculizado por
la del Real Madrid. Los comentarios de la afición merengue los puedo llegar a
entender, pues gracias a ese error pueden disimular su pésimo partido, en el
cual el Barça le ha dado un auténtico ‘baño’ futbolístico. Pero no alcanzo a
entender cómo parte de la afición culé ataca de esa forma a su guardameta, el
que tanto les ha proporcionado. Será que con los años la memoria pierde.
¿Ya no recuerdan que Valdés ha realizado paradas
inverosímiles en partidos de Liga, cuando el resto de su equipo no conseguía
levantar el partido y gracias a él se han llevado los tres puntos –como en el
encuentro frente al Villarreal en la temporada 2010/2011-, victorias que
posteriormente han sido vitales para conseguir la Liga? ¿Tampoco guardan su
memorias la final de Champions en París: cuando Valdés volvió -casi
literalmente- loco a Henry y gracias a la combinación de su sublime actuación y
de los goles de Eto’o y Belletti, el Barça levantó su segunda Champions?
¿Recuerdan el ‘Iniestazo’? Deben saber que si Valdés no detiene en dos
ocasiones en la misma jugada a Drogba, el gol del de Fuentealbilla no habría
servido de nada. Y posteriormente en la final, Cristiano Ronaldo utilizó todo
su repertorio, que no es poco, y no encontró forma alguna de superarle. ¿Y la final de Wembley? Realizó paradas
decisivas.
El Camp Nou no trató bien a Valdés cuando empezaba a
escribir su particular historia en el libro del Fútbol Club Barcelona, pero
parada a parada, fue conquistando a la grada. Ha realizado y realiza números
increíbles que le afirman como el mejor portero de la historia culé.
Recuerdo una rueda de prensa del gran Pep Guardiola en
la que afirmó: “El Barça son Valdés y
diez más”. Y la primera palabra que salió de mi boca fue: AMÉN. Víctor es para
el equipo lo mismo que son los cimientos para una casa, algo elemental para que
ese ‘hogar’ no se caiga ni se destruya. Me gustaría decirles a los que por un
error puntual, fruto del juego maravilloso pero arriesgado, piden que se siente
en el banquillo, que se atrevan a dar un nombre para sustituirle y entonces me
callaré. No vale el de Casillas porque ustedes saben tan bien como yo que para
el juego del Barça no es apto y no lo es porque solo hay uno válido: Víctor
Valdés Arribas.
*. Recuerdo el
verano en el que Valdés estuvo a punto de abandonar las filas del Fútbol Club
Barcelona. Yo no entendía nada. No quería ni podía aceptar que el mejor portero
para el Barça se marchara. Y no lo digo yo… Lo dicen las paradas, los números, los
títulos ganados y Pep Guardiola, cuya palabra vale más que cualquier otra y cualquier
culé coherente y verdadero lo sabe.
Lo pasé francamente mal. Una amiga me hizo un fotomontaje con fotos de
Valdés bajo esta frase: “Sonrío con tus victorias, lloro con tus derrotas. No
te vayas, solo contigo sigo”. Creo que cualquier persona que tenga un ídolo
comprenderá esta frase porque no hay verdad más absoluta.
Nunca le han
valorado justamente, siempre ha estado mirado con lupa, gritando sus fallos y
callando sus aciertos, pero sé y así lo he comprobado, que quien entiende
realmente de fútbol declara que él y
Casillas son los mejores del mundo. No es cuestión de gustos, es cuestión de
conocimientos. A mí, personalmente, no me gusta Íker, pero reconozco que es
junto con Valdés el mejor del mundo. Hay cuestiones que solo tienen una
respuesta, la cual no tiene que estar en singular y ésta es una de ellas.
Cuando critican a
tu ídolo, te duele y más cuando son tantos años, pero como bien me dice una
amiga mía… “Hay momentos malos, pero luego sale, se sitúa en la portería,
detiene el balón, sonríe y tú sonríes. Merece la pena, porque siempre habrá
momentos malos, pero los buenos son mil veces mejores”. Y lo pude comprobar… No
he tenido sensaciones iguales como las que sentí cuando le vi defender la
portería frente al Atlético de Madrid en el Calderón, contra el Valladolid en el Zorrilla y frente al Sevilla
y al Osasuna en el Camp Nou. En estos dos últimos con ovaciones hacia él. Me
fui al hotel con dolor de mandíbula de tanto sonreír.
Seguirá jugando,
seguirá brillando, podrá equivocarse a veces, podrá dar y otras veces quitar, al
igual que los diez jugadores restantes. Pero si algo tengo claro, es que sonreí
con él y sonrío en los buenos momentos, pero le animaré cuando ‘todos se hayan
ido’, que será cuando más lo necesite. Porque ayer, muchos que otros días gritaban
con una sonrisa de oreja a oreja: “oe, oe, oe, oe, Víctor Valdés”, pedían a
otro portero. Culés a medias tintas hay muchos, de hecho, como dice mi padre:
“ahora pegas una patada a un bote y te sale 500 del Barça, pero antes no era
así”, pero culés de verdad muy pocos. Yo he decido ser culé de verdad, apoyar a
cualquier jugador perteneciente al equipo siempre y más cuando se equivoque,
sonreír y celebrar los buenos momentos y llorar y asumir los malos. El fútbol
funciona por ciclos, pero jamás deja de
ser maravilloso. Y si algo puede decir muy alto y muy claro es que: estoy
orgullosa de que Víctor Valdés sea mi ídolo.
Son las cuatro de la mañana. Hora de dormir. Hora de
pensar que mañana será otro día. Pero sea la hora, el día y el año que sea: “Sempre amb tu, Valdés”.
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